jueves, 28 de enero de 2016

FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE CANDELARIA

La Virgen de la Candelaria toma su nombre de la fiesta de la Candelaria o de la Luz, que tuvo su origen en el Oriente con el nombre del "Encuentro", y después se extendió al Occidente en el siglo VI, llegando a celebrarse en Roma con un carácter penitencial.
Su fiesta se celebra, según el calendario o santoral católico, el 2 de febrero en recuerdo al pasaje biblíco de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén (Lc 2;22-39) y la purificación de la Virgen María después del parto, para cumplir la prescripción de la Ley del Antiguo Testamento (Lev 12;1-8).
La fiesta es conocida y celebrada con diversos nombres: la Presentación del Señor, la Purificación de María, la fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas; todos estos nombres expresan el significado de la fiesta. Cristo la Luz del mundo presentada por su Madre en el Templo viene a iluminar a todos como la vela o las candelas, de donde se deriva la advocación de la Virgen de la "Candelaria".



martes, 26 de enero de 2016

CUARESMA 2016: EL MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO

«Misericordia quiero y no sacrificio» (Mt 9, 13). Las obras de misericordia en el camino jubilar
(RV).- El Papa Francisco ha titulado su Mensaje para la Cuaresma del Jubileo de la Misericordia con las palabras de Jesús: «Misericordia quiero y no sacrificio» (Mt 9, 13),  destacando las obras de misericordia en el camino jubilar.
«María, icono de una Iglesia que evangeliza porque es evangelizada»; «La alianza de Dios con los hombres: una historia de misericordia; y «Las obras de misericordia», son  los tres puntos del mensaje pontificio.
En el primero, evocando el Magníficat de María, el Santo Padre empieza reiterando su invitación - como hizo en la Bula de convocación del Jubileo extraordinario – a que «la Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios» (Misericordiae vultus, 17).
Y señala que,  con la invitación a escuchar la Palabra de Dios y a participar en la iniciativa «24 horas para el Señor»,  quiso hacer hincapié en la primacía de la «escucha orante de la Palabra, especialmente de la palabra profética. La misericordia de Dios, en efecto, es un anuncio al mundo: pero cada cristiano está llamado a experimentar en primera persona ese anuncio».
«Por eso, en el tiempo de la Cuaresma enviaré a los Misioneros de la Misericordia, a fin de que sean para todos un signo concreto de la cercanía y del perdón de Dios», escribe el Papa Francisco.
En el segundo punto, recuerda que «el misterio de la misericordia divina» que se revela a lo largo de la historia de la alianza entre Dios – siempre rico en misericordia y ternura- y su pueblo. «Drama de amor» que «alcanza su culmen en Jesús el Hijo hecho hombre. En él Dios derrama su ilimitada misericordia hasta tal punto que hace de él la «Misericordia encarnada» (Misericordiae vultus, 8).  
En el tercer punto, el Santo Padre subraya una vez más la importancia de la obras de misericordia corporales y espirituales, con su especial anhelo de que el pueblo cristiano reflexione sobre ellas durante el Jubileo: «será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina» (ibíd., 15).
«En el pobre, en efecto, la carne de Cristo «se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga... para que nosotros lo reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado» (ibíd.), escribe el Papa Francisco y añade: «misterio inaudito y escandaloso la continuación en la historia del sufrimiento del Cordero Inocente, zarza ardiente de amor gratuito ante el cual, como Moisés, sólo podemos quitarnos las sandalias (cf. Ex 3,5); más aún cuando el pobre es el hermano o la hermana en Cristo que sufren a causa de su fe».
Tras poner en guardia contra la «esclavitud del pecado», que «empuja a utilizar la riqueza y el poder no para servir a Dios y a los demás», «hasta el punto que ni siquiera ve al pobre Lázaro, que mendiga a la puerta de su casa (cf. Lc 16,20-21), y que es figura de Cristo que en los pobres mendiga nuestra conversión», el Santo Padre señala que: «Lázaro es la posibilidad de conversión que Dios nos ofrece y que quizá no vemos».
Y este ofuscamiento va acompañado de un soberbio delirio de omnipotencia, en el cual resuena siniestramente el demoníaco «seréis como Dios» (Gn 3,5) que es la raíz de todo pecado. Ese delirio también puede asumir formas sociales y políticas, como han mostrado los totalitarismos del siglo XX, y como muestran hoy las ideologías del pensamiento único y de la tecnociencia, que pretenden hacer que Dios sea irrelevante y que el hombre se reduzca a una masa para utilizar. Y actualmente también pueden mostrarlo las estructuras de pecado vinculadas a un modelo falso de desarrollo, basado en la idolatría del dinero, como consecuencia del cual las personas y las sociedades más ricas se vuelven indiferentes al destino de los pobres, a quienes cierran sus puertas, negándose incluso a mirarlos».
El mensaje del Papa Bergoglio, firmado en el Vaticano el 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, de 2015, termina con esta exhortación: «No perdamos este tiempo de Cuaresma favorable para la conversión. Lo pedimos por la intercesión materna de la Virgen María, que fue la primera que, frente a la grandeza de la misericordia divina que recibió gratuitamente, confesó su propia pequeñez (cf. Lc 1,48), reconociéndose como la humilde esclava del Señor (cf. Lc 1,38).
(CdM – RV)
Texto completo en español del Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2016:
“Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13). Las obras de misericordia en el camino jubilar
1. María, icono de una Iglesia que evangeliza porque es evangelizada
En la Bula de convocación del Jubileo invité a que «la Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios» (Misericordiae vultus, 17). Con la invitación a escuchar la Palabra de Dios y a participar en la iniciativa «24 horas para el Señor» quise hacer hincapié en la primacía de la escucha orante de la Palabra, especialmente de la palabra profética. La misericordia de Dios, en efecto, es un anuncio al mundo: pero cada cristiano está llamado a experimentar en primera persona ese anuncio. Por eso, en el tiempo de la Cuaresma enviaré a los Misioneros de la Misericordia, a fin de que sean para todos un signo concreto de la cercanía y del perdón de Dios.
María, después de haber acogido la Buena Noticia que le dirige el arcángel Gabriel, María canta proféticamente en el Magnificat la misericordia con la que Dios la ha elegido. La Virgen de Nazaret, prometida con José, se convierte así en el icono perfecto de la Iglesia que evangeliza, porque fue y sigue siendo evangelizada por obra del Espíritu Santo, que hizo fecundo su vientre virginal. En la tradición profética, en su etimología, la misericordia está estrechamente vinculada, precisamente con las entrañas maternas (rahamim) y con una bondad generosa, fiel y compasiva (hesed) que se tiene en el seno de las relaciones conyugales y parentales.
2. La alianza de Dios con los hombres: una historia de misericordia
El misterio de la misericordia divina se revela a lo largo de la historia de la alianza entre Dios y su pueblo Israel. Dios, en efecto, se muestra siempre rico en misericordia, dispuesto a derramar en su pueblo, en cada circunstancia, una ternura y una compasión visceral, especialmente en los momentos más dramáticos, cuando la infidelidad rompe el vínculo del Pacto y es preciso ratificar la alianza de modo más estable en la justicia y la verdad. Aquí estamos frente a un auténtico drama de amor, en el cual Dios desempeña el papel de padre y de marido traicionado, mientras que Israel el de hijo/hija y el de esposa infiel. Son justamente las imágenes familiares —como en el caso de Oseas (cf. Os 1-2)— las que expresan hasta qué punto Dios desea unirse a su pueblo.
Este drama de amor alcanza su culmen en el Hijo hecho hombre. En él Dios derrama su ilimitada misericordia hasta tal punto que hace de él la «Misericordia encarnada» (Misericordiae vultus, 8). En efecto, como hombre, Jesús de Nazaret es hijo de Israel a todos los efectos. Y lo es hasta tal punto que encarna la escucha perfecta de Dios que el Shemà requiere a todo judío, y que todavía hoy es el corazón de la alianza de Dios con Israel: «Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo. Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas» (Dt 6,4-5). El Hijo de Dios es el Esposo que hace cualquier cosa por ganarse el amor de su Esposa, con quien está unido con un amor incondicional, que se hace visible en las nupcias eternas con ella.
Es éste el corazón del kerygma apostólico, en el cual la misericordia divina ocupa un lugar central y fundamental. Es «la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado» (Exh. ap. Evangelii gaudium, 36), el primer anuncio que «siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra a lo largo de la catequesis» (ibíd., 164). La Misericordia entonces «expresa el comportamiento de Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse y creer» (Misericordiae vultus, 21), restableciendo de ese modo la relación con él. Y, en Jesús crucificado, Dios quiere alcanzar al pecador incluso en su lejanía más extrema, justamente allí donde se perdió y se alejó de Él. Y esto lo hace con la esperanza de poder así, finalmente, enternecer el corazón endurecido de su Esposa.
3. Las obras de misericordia
La misericordia de Dios transforma el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia. Es siempre un milagro el que la misericordia divina se irradie en la vida de cada uno de nosotros, impulsándonos a amar al prójimo y animándonos a vivir lo que la tradición de la Iglesia llama las obras de misericordia corporales y espirituales. Ellas nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu, y sobre los que seremos juzgados: nutrirlo, visitarlo, consolarlo y educarlo. Por eso, expresé mi deseo de que «el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina» (ibíd., 15). En el pobre, en efecto, la carne de Cristo «se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga... para que nosotros lo reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado» (ibíd.). Misterio inaudito y escandaloso la continuación en la historia del sufrimiento del Cordero Inocente, zarza ardiente de amor gratuito ante el cual, como Moisés, sólo podemos quitarnos las sandalias (cf. Ex 3,5); más aún cuando el pobre es el hermano o la hermana en Cristo que sufren a causa de su fe.
Ante este amor fuerte como la muerte (cf. Ct 8,6), el pobre más miserable es quien no acepta reconocerse como tal. Cree que es rico, pero en realidad es el más pobre de los pobres. Esto es así porque es esclavo del pecado, que lo empuja a utilizar la riqueza y el poder no para servir a Dios y a los demás, sino parar sofocar dentro de sí la íntima convicción de que tampoco él es más que un pobre mendigo. Y cuanto mayor es el poder y la riqueza a su disposición, tanto mayor puede llegar a ser este engañoso ofuscamiento. Llega hasta tal punto que ni siquiera ve al pobre Lázaro, que mendiga a la puerta de su casa (cf. Lc 16,20-21), y que es figura de Cristo que en los pobres mendiga nuestra conversión. Lázaro es la posibilidad de conversión que Dios nos ofrece y que quizá no vemos. Y este ofuscamiento va acompañado de un soberbio delirio de omnipotencia, en el cual resuena siniestramente el demoníaco «seréis como Dios» (Gn 3,5) que es la raíz de todo pecado. Ese delirio también puede asumir formas sociales y políticas, como han mostrado los totalitarismos del siglo XX, y como muestran hoy las ideologías del pensamiento único y de la tecnociencia, que pretenden hacer que Dios sea irrelevante y que el hombre se reduzca a una masa para utilizar. Y actualmente también pueden mostrarlo las estructuras de pecado vinculadas a un modelo falso de desarrollo, basado en la idolatría del dinero, como consecuencia del cual las personas y las sociedades más ricas se vuelven indiferentes al destino de los pobres, a quienes cierran sus puertas, negándose incluso a mirarlos.
La Cuaresma de este Año Jubilar, pues, es para todos un tiempo favorable para salir por fin de nuestra alienación existencial gracias a la escucha de la Palabra y a las obras de misericordia. Mediante las corporales tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados, mientras que las espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar. Por tanto, nunca hay que separar las obras corporales de las espirituales. Precisamente tocando en el mísero la carne de Jesús crucificado el pecador podrá recibir como don la conciencia de que él mismo es un pobre mendigo. A través de este camino también los «soberbios», los «poderosos» y los «ricos», de los que habla el Magnificat, tienen la posibilidad de darse cuenta de que son inmerecidamente amados por Cristo crucificado, muerto y resucitado por ellos. Sólo en este amor está la respuesta a la sed de felicidad y de amor infinitos que el hombre —engañándose— cree poder colmar con los ídolos del saber, del poder y del poseer. Sin embargo, siempre queda el peligro de que, a causa de un cerrarse cada vez más herméticamente a Cristo, que en el pobre sigue llamando a la puerta de su corazón, los soberbios, los ricos y los poderosos acaben por condenarse a sí mismos a caer en el eterno abismo de soledad que es el infierno. He aquí, pues, que resuenan de nuevo para ellos, al igual que para todos nosotros, las lacerantes palabras de Abrahán: «Tienen a Moisés y los Profetas; que los escuchen» (Lc 16,29). Esta escucha activa nos preparará del mejor modo posible para celebrar la victoria definitiva sobre el pecado y sobre la muerte del Esposo ya resucitado, que desea purificar a su Esposa prometida, a la espera de su venida.
No perdamos este tiempo de Cuaresma favorable para la conversión. Lo pedimos por la intercesión materna de la Virgen María, que fue la primera que, frente a la grandeza de la misericordia divina que recibió gratuitamente, confesó su propia pequeñez (cf. Lc 1,48), reconociéndose como la humilde esclava del Señor (cf. Lc 1,38).
Vaticano, 4 de octubre de 2015
Fiesta de San Francisco de Asís


domingo, 24 de enero de 2016

ACTIVIDADES PARA FEBRERO DEL P. MYNOR

VISITAS AL AREA RURAL PARA EL MES DE FEBRERO (PRIMERAS EUCARISTÍAS):
PADRE MYNOR MORATAYA
Viernes 5 de febrero 3:00 pm     Agua Zarca
Miércoles 10 de Febrero: 11:00 am     Arloroma
Miércoles 10 de Febrero: 3:00 pm      Urlanta
Martes 16 de Febrero 10:00 am Loma de en Medio
Martes 16 de Febrero 3:00 pm  Arenal
Miércoles 17 de Febrero: 10:00 am  Altupe
Miércoles 17 de Febrero:  3:00 pm Miraflores
Miércoles 17 de Febrero:  6:00 pm  La Shule

domingo, 3 de enero de 2016

CAMBIOS DE SACERDOTES 2016

DECANATO DE JALAPA:
Rectoria de Catedral:
P. Leonardo A. Najera Gomez
El Carmen:
P. Juan Celestino Alvizures
Sagrado Corazón de Jesus:
P. Mynor Morataya
Jesus de la Buena Esperanza (Capellanía):
Victor Ruben Rossil
Nuestra Sra. de la Expectacion:
P. Dimas Roberto Chinchilla y P. Ademar Muñoz
San Raymundo Peñafort y Nuestra Sra. de Candelaria:
Misioneros: P. José Adan Galdamez
Nuestra Sra. de Consepcion:
P. Celestino Miranda Chacón
Jesus Crucificado:
Ilsiar Lopez
San Pedro Apostol:
Santiago Javier Juarez y P. Carlos Mateo Lopez
Santiago Apostol:
P. Carlos Rodolfo Cano
San Luis Rey de Francia:
P. Victor Manuel Alvizures
San José la Sierra:
P. Juan Luis Argueta


DECANATO DE EL PROGRESO
Santo Cristo de Esquipulas:
Padres Misioneros del Espiritu Santo (No hay movimientos)
San Cristobal:
P. José Benedicto Moscoso
Sagrada Familia:
P. Abraham Gonzales
San Agustín Acasaguastlán:
P. Romeo Arturo Sandoval
San José El Rancho:
P. Gerardo Lopez Morales
Nuestra Sra. del Rosario:
P. Carlos Humberto Ramirez
Nuestra Sra. de las Mercedes:
P. Rony Jimenez
San Antonio de Padua:
P. Raul Stuardo Castañaza
Nuestra Sra. de Consepción:
P. Neri Antonio Najera


DECANATO DE JUTIAPA:
San Cristobal:
José Raul Ruano y Jaime Perez
Santa Cruz:
P. Miguel Angel  Martinez
Nuestra Sra. de Lourdes:
P. Angel Antonio Recinos
Nuestra Sra. de Consepcion:
P. Ronald Godoy
Santa Catarina Martir:
P. Mariano Perez
San José Acatempa:
P. Mario Nicolas Arriaga
Santa Catarina Martir  (Mita)
Jospe Teodoro Beltran
Nuestra Sra. de la Asunción:
Frailes Franciscanos
Nuestra Sra. del Rosario:
P. William Ordoñez
San Juan Bautista:
Victor Manuel Ruano
San Francisco de Asis:
P. Candelario Ramirez
San Pedro Apostol:
P. José Alberto Gomez
Santo Tomás Apostol:
P. Consepcion Barrientos
Santo Hermano Pedro:
P. Elmer Armando Lopez
Sam José el Adelanto:
P. José Isaias
San Juan Bautista:
P. Jaime hermandez.


A partir de Enero se hacen efectivos los movimientos según Mons Julio Cabrera Ovalle.

sábado, 2 de enero de 2016

CAMBIO DE SACERDOTE 14 ENERO 2016

Este 14 de Enero nuestra Parroquia vivirá el nuevo Cambio de Sacerdote, acontecimiento que no sucedía desde hace 6 años, ahora llega a nuestra comunidad el Rev. P. Mynor Morataya, viene de pastorear la Parroquia de San Luis Rey de Francia, San Luis Jilotepeque, aquí lo esperamos con alegría y esperanza, esta ya es su parroquia. Estas serán las actividades durante ese día.

7:30 AM     El Consejo Pastoral  Parroquial lo esperará en el Puente Salida a Pinula, se vendrán en Caravana hasta  la frontera de nuestra Parroquia. En la Av. el Complejo, en la Gasolinera en Centro.
8:00 AM   La comunidad de San Francisco Javier, lo esperará con alegría cohetes y cantos. De allí se dirigirá la caminata hacia el templo por toda la 1era. Calle, las Comunidades, grupos, movimientos, coros y pastorales, se irán uniendo en el trayecto.
9:00 AM  Santa Misa de Toma de posesión.
11:00 AM  Almuerzo y recepción al P. Mynor Morataya e invitados.