"Doctor/a de la Iglesia" es un título que la Iglesia (el Papa o un
concilio ecuménico) otorga oficialmente a ciertos santos para
reconocerlos como eminentes maestros de la fe para los fieles de todos
los tiempos.
Entre los Padres, algunos adquieren un destacado relieve por haber
iluminado ampliamente todo el campo de la revelación y abierto nuevos
caminos a la teología de los siglos posteriores; el ejemplo más eminente
es San Agustín, cuya autoridad excepcional fue reconocida
inmediatamente después de su muerte por el papa Celestino I. La Iglesia
reconoce en ellos los intérpretes autorizados de su doctrina.
Su lista se constituyó lentamente. Desde el siglo VIII, la Iglesia
latina reconoce como tal a San Ambrosio, San Agustín, San Jerónimo y San
Gregorio, mientras que la Iglesia griega reconocía tres grandes
«doctores ecuménicos» en San Basilio, San Gregorio Nacianceno y San Juan
Crisóstomo; la tradición latina posterior añadirá a éstos el nombre de
San Atanasio, con lo que se tendrán cuatro doctores griegos como se
tenían ya cuatro doctores latinos.
El título de doctor de la Iglesia recibió de Bonifacio VIII (1298) una
primera consagración oficial y litúrgica; al igual que los apóstoles y
evangelistas, los cuatro doctores latinos tienen oficio de rito doble
con Credo en la misa.
Esta lista se ha engrosado considerablemente en los tiempos modernos. En
1567, el dominico San Pío V otorga el título de doctor a Santo Tomás de
Aquino, y, en 1588, el franciscano Sixto V hace lo propio con San
Buenaventura. En nuestros días han recibido el título y oficio de
doctor, entre los Padres de la Iglesia, los siguientes: San Atanasio,
San Hilario, San Basilio, San Cirilo de Jerusalén, San Gregorio
Nacianceno, San Juan Crisóstomo, San Cirilo de Alejandría, San Pedro
Crisólogo, San León, San Isidoro de Sevilla, San Juan Damasceno; entre
los teólogos de la Edad Media y de los tiempos modernos, después de
Santo Tomás y San Buenaventura lo han recibido San Beda (+ 735), San
Pedro Damián (1072), San Anselmo (1109), San Bernardo (1153), San
Antonio de Padua (1231), San Alberto Magno (1280), San Juan de la Cruz
(1591) San Pedro Canisio (1597), San Roberto Belarmino (1621), San
Francisco de Sales (1622) y San Alfonso María de Ligorio (1787). Santa
Catalina de Siena, Santa Teresa de Jesús y Santa Teresa del Niño Jesús.
Recientemente, en octubre de 2012, san Juan de Ávila y Santa Hildegarda
de Bingen fueron proclamados Doctores de la Iglesia por el Papa
Benedicto XVI.
El título de doctor representa, además del oficio litúrgico, la recomendación de su doctrina, sobre todo en orden a la enseñanza
En la actualidad hay 35 Doctores, entre ellos cuatro mujeres (Santa
Teresa de Ávila, Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Lisieux y
Santa Hildegarda de Bingen).
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